ORGANIZACIÓN SOCIAL DEL PUEBLO TOJOLABAL
La “asamblea comunal” es la figura central de autoridad para la resolución de conflictos, la asignación de atribuciones, la distribución de recursos y la sanción social. Ésta tiene distintos alcances, pues hay asambleas que incumben a todos y que tienen lugar sobre todo en la iglesia, así como otras que son restringidas por el propio marco de obligaciones y derechos (como la de los ejidatarios o la de los hombres, subgrupos cuyas decisiones pueden llegar a incidir en la dinámica general). Las autoridades o “cargos” poco tienen que ver con la estructura cívico-religiosa de otras regiones indígenas (como en los Altos de Chiapas), puesto que su obtención no implica una “economía de prestigio”, sino que funge como elemento legitimador de la pertenencia comunitaria. Estos cargos generalmente se cuentan en número suficiente para incluir a la mayoría de los hombres de la comunidad, considerados los jefes de familia y ejidatarios, que van desde el comisariado ejidal, los agentes municipales y el consejo de vigilancia hasta el “presidente de la iglesia” (su encargado administrativo), los responsables de las tiendas comunitarias o el encargado del agua (el responsable de las instalaciones hidráulicas).
En determinado periodo, cuando la participación política era común, sobre todo a nivel subregional, los cargos dentro de la organización política eran considerados parte del trabajo colectivo; pero ante la diversidad de adscripciones y militancias, ahora el activismo político sólo es tomado en cuenta al interior del propio grupo político al que se pertenezca. Junto a la vía de los cargos, el trabajo colectivo es desplegado de manera rotativa entre los distintos grupos domésticos de la comunidad. Un ejemplo son labores esporádicas como destazar una vaca para las fiestas o limpiar el camino, donde cada familia debe enviar un determinado nú- mero de representantes; en circuitos que pueden requerir del total de las familias, o sólo de algunas pertenecientes a determinado barrio o subgrupo específico. También se inscriben las cooperaciones; más aun cuando el dinero de los miembros del grupo representa, culturalmente, el trabajo de los sujetos desempeñado para su consecución.
LA ORGANIZACION SOCIAL DEL PUEBLO TOJOLABAL
"EL KO TAK´IN"
En este sentido también se ubica la práctica del ko tak’in, que pretende la equidad al distribuir la carne de un animal comprado colectivamente, pues todos los que cooperaron deben tener el mismo porcentaje de las distintas partes del animal, a modo de que no haya injusticias en el reparto. A este respecto, Van der Haar hace un análisis interesante acerca de cómo, a la hora de repartir las tierras recién dotadas en ejido, algunas comunidades tojolabales decidieron fraccionarlas en porciones iguales acorde a sus distintas calidades, evocando esta peculiar práctica que reconoce a cada quien en su justa medida, o como dicen los tojolabales, todos parejo.